Esta película de título Estación del olvido me apetece una barbaridad, y me apetece desde el punto de vista de lo lejana que está del cine español cantante y sonante, y lo cercana que está al cine europeo, a medio camino supongo, ya que es catalán, del director de Diario de una Ninfómana, Christian Molina, junto con Sandra Serna.
La vejez, la juventud, la vida, los momentos de ruptura necesarios en los guiones sólo serán interrumpidos por los tediosos doblajes que a veces nos ofrecen estos films. La alegría para contar cosas distintas, para hacerlo sin verguenza desde la perspectiva del que está lejos del estereotipo, y lejos del prejuicio, del que está cerca del cine no sé si creativo pero sí creador. Un sí, esa es mi nota, un sí tremendo, porque aunque luego me equivoque mucho o poco, al menos habré visto una obra, con intenciones artísticas y humanas, con una historia por detrás propia.
Y puede que en algunas escenas hasta nos contagie todo eso