Crítica de la película Padre Nuestro por Iñaki Ortiz

Con acento hispano no suena mejor


3/5
28/09/2007

Crítica de Padre Nuestro
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Se nos prometía un neonoir. Yo creo que ni “neo” ni “noir”. No me parece una película que pueda considerarse cine negro, es más bien simplemente marginal, porque de vez en cuando veamos alguna navaja y alguna pistola no vamos a colgarle la etiqueta. Bien, esto es lo de menos. Lo peor es que falle en el “neo”. Veo la película en casi todos los sentidos vieja.

Tenemos dos subtramas que transcurren de forma paralela, divididas al principio de forma más o menos natural con la separación de los dos chicos y unidas en el trágico final de manera bastante más forzada.

Por un lado tenemos al joven engañado y robado, en la clásica historia trágica que parece haber salido de una novela de Dickens. El chico buscando a su papá por toda la ciudad y confiando erróneamente en personas que le engañarán. Predestinado al fracaso en cada momento, a ir de mal en peor, cada luz en el camino terminará deslumbrándole. Todos son malvados y rastreros a su alrededor. Esto ya está tan pasado que hace tiempo que este tipo de propuestas han quedado relegadas al cine de dibujos animados para críos (eso sí, con final feliz). ¿Sirve de algo esta historia? Pues sí, nos vale en este caso para ver la puta vida que le espera a un inmigrante mejicano al llegar a Estados Unidos sin un duro y sin conocer el idioma. Si quitamos "mejicano" y "Estados Unidos" y ponemos otro ejemplo nos vale igual.

En este sentido funciona, podemos ver lo más bajo de la condición humana, robar cada centavo sin importar las consecuencias, vender el cuerpo propio, el ajeno, lo que sea. Y sobre todo, el más santo termina corrompiéndose en ese contexto completamente hostil y desesperante. El hambre aquí viene a ser similar a la adicción a las drogas. Haces lo que sea para acabar con el sufrimiento. Además podemos ver las precarias situaciones laborales (si se pueden llamar así) del grupo que intenta trabajar. Recuerda a otras épocas, a La ley del silencio, o a una película más actual pero ambientada en el pasado, Diarios de motocicleta.

Bien, parece que para todo esto vale esta historia. Aun así me sigue pareciendo una forma agotada.

La otra subtrama es el caso clásico de suplantación. Al estilo de Somersby o sin irnos tan lejos, el mismísimo Armin Tanzarian (también conocido como el director Seymour Skinner). En fin, una estratagema muy clásica, que al menos es más entretenida que la otra.

Esta nos vale para varias cosas también. Nos muestra la visión del inmigrante asentado, que ya es algo mejor pero tampoco muy prometedora. Como siempre ocurre en el cine (y ya ha pasado en esta misma edición del festival) se miente para decir que las cosas a uno le van mucho mejor y que es el dueño en lugar del empleaducho que es. ¡Basta ya!

Nos sirve para recordarnos que de nada vale amontonar unos billetes en una pared. Pero quizá lo que me parece más interesante es la relación padre e hijo que se da. Evidentemente el padre cree que es el padre, por lo que no tiene tanto interés, pero es que el hijo, que es quien engaña, llega a involucrarse tanto en su personaje que se indigna por ciertas cosas y siente como propias por derecho muchos aspectos en su relación con ese hombre. Está claro que necesita un padre, y ese hombre será su padre perfecto al estilo mas Spielberg.

El viejo aprenderá una lección vital, claro, su falso hijo con todos sus defectos de delincuente y timador, le enseña a vivir la vida. Nuevamente lo de siempre. El falso hijo llegará a matar al verdadero, por defensa sí, pero en el fondo también para consumar una suplantación con la que cada vez se siente más satisfecho.

En definitiva, historias bastante gastadas, con una dirección que parece ya una imposición del cine independiente. Hay un momento en que la cámara empieza a moverse como loca porque pasa un tren y no viene al caso para nada. Avancemos, por favor, que feo es jugar a ser moderno con técnicas de hace diez años. Por otro lado la película tiene valores positivos como he comentado. Se queda en ni sí ni no. Como la interpretación de los actores, correcta sin más.

En cualquier caso, una enorme decepción. Parece que ahora ya porque tenga acento hispano se puede vender otra vez el mismo producto y que sea nuevo. Y no.



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