Crítica de la película Venganza por Olmo

A primera vista no me resulta un título demasiado débil. Pero no puedo negar que suena a película tópico. Es una apuesta de sábado por la noche, de palomitas, refresco y ojos de loco con ganas de acción de la facilita, sin demasiados deleites, ni efectos especiales. De esas que estrenan los domingos por la noche. Ese rollito. Porque tragar cuando no hay otra cosa no es un pecado. Venganza no es un pecado pero podría serlo porque responde a un perfil. Sin embargo cuenta con aspectos positivos que voy a destacar brevemente. Dos para ser más sincero. El primero es que volvemos a ver a Liam Neeson (Gangs Of New York o Michael Collins) al que siempre he respetado y que es para mí un serio actor con un dominio de la expresión tremendo. Y una planta de diez.  Es como el paso sonoro y firme de unos zapatos recién estrenados. Garantía absoluta y elegancia. Sin embargo en esta ocasión le hará falta fondo, pulmones de atleta para seguir a priori un tipo de historia que se le hace grande a estas alturas. Uno nunca es demasiado viejo para interpretar, sí para hacerlo corriendo.

El segundo aspecto que quiero destacar es que el responsable de la trama y de que la historia sea auténtica y funcione es Luc Besson. Él y Robert Mark Kamen son los guionistas de este thriller francés. Sí, francés. Podría ser una perlita que se cura en salud manejándo el cotarro a la francesa pero con la seguridad que te da Hollywoody gente como Neeson. Drama, acción light y moralina serán probablemente la ración que Pierre Morrel nos tiene preparada. No muy lejos queda León, El profesional de Besson. Por eso, lo dejo todo en las manos de este francés que sabe un rato de cine.