Crítica de la película La casa muda por Obi-Wan

"Cámara en mano"  es una de las expresiones con la que se puede definir el modo en que están filmadas títulos como El proyecto de la Bruja de Blair, El diario de los muertos, Rec  o Paranormal Activity, dónde la acción nunca transcurre más allá de lo que las cámaras que los propios protagonistas manejan.  En las películas de terror es un modo de grabar que en general  crea una cercanía y un desasosiego especial en el espectador, aunque otra cosa es ya lo que varíe el resultado según como se utilice este efecto, al que creo que Jaume Balagueró y Paco Plaza consiguieron sacarle todo el rendimiento posible en la citada Rec (porque su segunda parte me niego a comentarla, ya veremos cómo resulta la precuela).

Tras esta introducción, supongo que ya se adivinará el estilo de rodaje del título que nos ocupa, así que todos los que se marean con secuencias rápidas y borrosas de cámara en mano, ya saben a lo que tendrán que enfrentarse. Pero hay más a parte de esta nueva promesa de terror en tiempo real. Esta producción uruguaya, está rodada con una cámara de fotos y sin cortes con 72 minutos de una única secuencia, que ahí es nada.

El director, Gustavo Hernández ha logrado con un pequeño presupuesto y cuatro días de grabación rodar con una calidad de imagen nada desdeñable la experiencia de una mujer dentro de una casa de la que pretende escapar con vida. La trama está basada en una historia real sobre una apartada casa en mitad del bosque dónde se encontraron dos cadáveres. Nunca se resolvió el caso.

Presente en el Festival de Sitges, esta cinta es una ocasión excelente para  los que buscan nuevos experimentos dentro del cine. Creo que la angustia está garantizada.