Tom Cruise nos aparece con el pelo corto. Es un síntoma claro de que ha venido a trabajar la película y no a dejarnos colgados con un guión ridículo de macarra greñudo.
Empecemos por comentar los puntos flojos de la película.
Por un lado, que tenga que estar echa para que la vea mucha gente: simplifica las tramas y obliga a repetirse más de lo necesario y a ser menos sutil de lo que se podría ser.
Por tro lado, que la acción americana necesite tanto de los tiros y las explosiones del principio. Luego, gracias a dios, aparece el J.J. Abrahams dominador del ritmo y sencillo a la par que original a la hora de construir la acción, y nos regala una segunda parte de la película excelente.
La primera parte de la película, es un tres. La segunda un cinco. En la primera escena de la película ya nos dejan claro que la novia/mujer de Ethan ha sido secuestrada y que él deberá rescatarla para que no la maten. Lo que le interesa al espectador es: ¿cómo la rescata? Por eso toda esa primera parte en la que no ha sido secuestrada flojea un poco, pese a tener escenas muy entretenidas y bien hechas como la del asalto al Vaticano.
La saga, revisada, puede ser memorable si Tom Cruise se dedica a elegir cada vez un director de acción y/o suspense que esté de moda para que le haga una película. Será como cuando Madonna encarga a alguien que le haga un disco.
Lo mejor de la película es ese J.J. Abrahams arquitecto, que nos construye una película comercial de calidad, como sólo el sabe hacer, y lo peor es que no me haya atrevido a cascarle un cinco, por ese comienzo que no me convence.
Esperemos que haya próximas entregas y que éstas sigan comprometidas con el cine de acción y entretenimiento que tiene el talento suficiente como para saber hacer algo comercial sin sacrificar la calidad.