Crítica de la película La Entrega por Obi-Wan

The drop habla claro desde el principio. Suburbios dónde la mafia manda, chechenios esta vez, dónde hay que callar para sobrevivir. Y un bar como principal escenario, de los de barrio, de los que son testigos de narraciones de diversas historias, dónde se cuentan rumores y se fraguan los hechos a base de rememorarlos. El planteamiento inicial con la narración de fondo nos pone en expectante situación. Me gusta esta presentación, directa, para centrar rápido al espectador, pero [tras un inicio así esperaba mucha más acción, y no ha sido así en absoluto].

Tras este inicio prometedor, la cosa se ralentiza. Roskam nos va presentando personajes y ganándonos puntos a nivel sentimental con la aparición del cachorro. Noomi Rapace sigue demostrando que no solo nació para el papel de Lisbeth Salander, y se muestra aquí insegura y algo desequilibrada. Que decir del ya desaparecido Gandolfini, que hacía creíble todo lo que interpretaba. Y un muy bien aprovechado Tom Hardy, al que ese aire de inexpresividad habitual le hace crecer en su papel de protagonista no deseado. Explota a la perfección ese punto retraído, haciéndolo conectar con el público. El film transcurre tranquilo, demasiado en algún tramo y con menos violencia de la que cabía esperar en un principio. Se centra en temores, ilusiones y el pasado de los personajes, mientras el hilo principal va tomando forma...Hasta que empieza a remontar, uniendo cabos, con contundencia, e incluso levantando carcajadas en el público ante el destape del personaje principal.

¿Final feliz? Pues en este caso si, el tono general de la cinta así lo requería. En definitiva, una película decente y  muy recomendable.