Parece que el bueno de Charlie Kaufman tiene claro cuales son sus temas y como quiere desarrollarlos. Por un lado el concepto de la obra dentro de la obra, y por otro lado aunque unido siempre de forma brillante e irremediable, sus “hechos reales”. Y paso a comentar un poco cada uno.
La obra dentro de la obra. Muchas veces hemos visto películas en las que dentro de ellas se desarrolla otra película, o una obra de teatro, una novela... Pero no me refiero a eso si no un caso más concreto: cuando la obra que aparece en la película es la propia película o parte muy importante de ella. Ya hacía algo parecido Almodóvar en su “La Mala Educación” pero es que Kaufman lo lleva al extremo. Y esto para empezar hace que mis neuronas se alteren y disfruten navegando en este mundo de recursividad que hace que todo tenga su vuelta, pero por otro lado potencia el otro aspecto del que he hablado, el de los hechos reales.
“Hechos reales” siempre entre comillas. En “Como ser John Malkovich” está claro, ¡aparece John Malkovich como personaje! Cuando otros hubieran escrito un nombre inventado, inspirado sin duda en algún famoso, Kaufman no duda en pensar en Malkovich. Nos muestra su vida incluso, pero no es una vida de verdad o sí o ¿quien sabe? Un poco al estilo de “El último gran héroe”. Lo hace de nuevo en Adaptation, presentándose a sí mismo y a su hermano gemelo, mintiéndonos, fingiendo que muestra su interior, que se abre al mundo, que es una película personal, cuando no es cierto. Hace que todo parezca, más real y así se permite contar las historias más inverosímiles, como la que aparece en la película que ahora postcritico. Lo más probable es que no sea cierto, en absoluto, que Barris sea un asesino de la CIA, desde luego no tiene mucha credibilidad (el mismo Clooney prefiere guardarse su opinión e incluso hace algunos chistes), pero lo que sí que es cierto es que Barris lo ha escrito así en su “Autobiografía no autorizada”, es decir, es cierto que alguien ha dicho que es cierto. Nuevamente debemos entrecomillar los “hechos reales” y entremezclarlos con la realidad de verdad. Esta autobiografía le viene como anillo (de poder) al dedo a Kaufman. Es una historia que de otra manera sería complicadísimo hacerla creíble, pero de esta manera no sólo se soluciona el problema de la credibilidad sino que tanto en el guión como en la dirección se permiten incluso exagerarla.
Un guión cortado y tallado con maestría, donde cada momento te da lo que necesitas, no lo que quieres. Desde el punto de vista tradicional correcto y con fuerza, curiosa idea la del cine en que todo el mundo se besa y luego sólo él, o el ingenioso juego de las tazas y el veneno, o Clooney en la piscina sangrando, pero esto no es lo que más me interesa. Juguemos a las mentiras otra vez, ¿qué pasa si es mentira todo el tema de la CIA? ¿La película se viene abajo como lo haría “El proyecto de la bruja de Blair”? No, Kaufman no puede permitir eso (siento que mi creciente admiración puede nublar mi juicio). Para ello encontramos una segunda lectura. Más cercana a la nueva ola de cine de alucinación y de todo es mentira, pero como sabemos, todo esto ya está muy trillado, así que como ya ha hecho anteriormente, Kaufman nos deja la decisión de si está ocurriendo todo lo que aparece en la película o sólo está en la mente de Barris (como personaje, no como escritor, que aquí hay varios niveles). ¿Y si todo fuera fruto de su castigada vida y de la necesidad de buscar una vía de escape? (¿Será cierto todo el tema de su madre, etc? No me importa). ¿Y si nos centramos en su relación de pareja? Observemos que tiene que “matar” a la seductora espía, a su sensual fantasía, para poder tomar la decisión de casarse con su chica, la de verdad. O si pensamos en el sentimiento de culpabilidad de alguien inteligente como él que recibe continuamente críticas por su televisión basura (interesante escena en la piscina con la chica que le recrimina). Se siente culpable casi... como diría yo... como un asesino sin escrúpulos. Vemos que quiere escapar de la maldita vida pobre en la que se encuentra (otros soñarían con su vida, pero así son las cosas) y que imagina que uno de sus concursantes es un importante espía enemigo, y que sus viajes en realidad son para cometer terribles asesinatos. Podría ser “Una mente maravillosa” pero recordemos, ese tema ya está muy trillado para Kaufman.
En todo caso, siempre podría ser cierta toda la historia, y nada de esto tendría importancia, ¡y esto es lo que más me gusta!
Actores: Sam Rockwell, quien pasar inadvertido para mí en “Los ángeles de Charlie” y “Los impostores” películas sonrojantes que mejor no recordar, es ahora un actor a tener en cuenta después de la gran interpretación que nos ha regalado. Clooney, en su faceta de actor, arriesgando como hace últimamente y le sale bien. Mención especial a Rutger Hauer un Nexus 6 que siempre es una presencia elegante. Y Julia y Drew bien como siempre, pero sin ponernos a echar fuegos artificiales.
Por último, el director. Un buen comienzo para Clooney. Se nota que ha puesto toda su ilusión en este proyecto y demuestra la misma inteligencia que tiene como actor. Ilusión e inteligencia que siempre están presentes en él, si acaso le falta algo de talento. Intenta deslumbrarnos en cada plano como queriendo demostrar que el es de los buenos (esto suele pasar con los actores metidos a director). A veces quiere ser Soderbergh (al comienzo con Drew Barrimore ante la puerta) y casi siempre quiere ser Joel Coen. Evidentemente no lo es, pero tampoco vamos a crucificarle por eso. Lo que sí echo de menos es un estilo más personal, lo que sería un estilo Clooney. Quizá mezcla estilos con poca afinidad entre ellos. Quizá le falta clima a la película y en algunos momentos de espionaje los necesitaría. Pero no está nada mal para empezar.
Lo que sí está claro que tiene de bueno Clooney es que sabe elegir proyectos arriesgados, y sólo por eso veré su próxima película.
PD: Al que haya llegado hasta aquí leyendo, mi admiración.