Triunfando allá por donde pasa, The host debe de ser una mezcla entre Godzilla y King Kong pero versión coreana. Lejos de ser una película cutrona se trata de una producción de bastante presupuesto donde no faltará la acción trepidante, la violencia, el humor y, como es habitual en las películas coreanas, una impecable fotografía.
Lo más interesante de Host es que se trata de una superproducción no americana pero a la americana. Tiene todo el despliegue de medios propio de los americanos, su puesta en escena, los efectos, la temática e incluso el esquema general de la película, pero estará hecha con la frescura que, película tras película, sabe transmitir el cine coreano.
En definitiva un proyecto ambicioso, terminado con éxito y que va cosechando éxitos tanto entre los espectadores como entre la crítica.