El verano es, en principio, una época terrible en la que las salas se llenan por norma de películas de la más baja calidad. Comedias destinadas a los más jóvenes o a los más descerebrados. De entre todas ellas, hoy toca comentar esta parodia de camareros que pretende hacerse notar por su mal gusto tras los fogones. Esto ya lo hizo en su día Javier Gurruchaga, pero él tuvo los cojones de plantarlo en plena cena de nochebuena y desde luego fue mucho más allá de lo que este Rob McKittrick jamás pudiera soñar.
McKittrick es el director y el guionista, él solito, sin ningún otro nombre, cosa poco común en este tipo de comedias de baratijo. Pretende ser tan informal y enrollado que por un momento uno se podría olvidar de lo que estamos hablando. Otro producto veraniego con moralina sobre la responsabilidad y las aspiraciones de juventud, con una serie de momentos gag de los cuales sin duda habrá dos o tres que ciertamente tengan gracia o que sean tan estúpidos que no podamos evitar esbozar una sonrisa.
A evitar si se quiere mantener una dieta sana y equilibrada. Sólo para casos de extremo aburrimiento y teniendo como única alternativa “Bandidas”.