Lo que me gusta de este film que ha dejado a un lado el chiste estúpido aunque se apoye en comedia encubierta, es que desde la tranquilidad nos va a mostrar el cine de conversación, impresiones y filosofía que a veces hace falta. Si los actores no son reseñables, sus interpretaciones van a tocar la carne porque con el climax de un director discreto de cámara pero consciente de la necesidad del guión podrán dejar rienda suelta la verdad de unos personajes prácticos que no pragmáticos.
A veces viene bien cine en el que los personajes no acaben sudando.