¡Qué casualidad que el propio Tsukamoto en la presentación de su película haya reseñado que la historia se le ocurrió cuando realizó la fabulosa "Tetsuo"!
No es por ser mal pensado, pero es que me suena a disculpa.
Gente que quiere suicidarse y que llama a un desconocido por móvil y acaba muriendo en extrañas circunstancias (suicidándose mientras duerme). En fin, argumento absolutamente dentro del género de terror japonés que tantas veces se ha encargado de decirnos nuestro compañero Beiger que está muerto.
Si bien la película tiene un inicio fabuloso, con la intro antes de los créditos iniciales y la presentación del Nightmare Detective, esta empieza a flojear cuando entra en arena y saltan los resortes del género de terror japonés. A partir de ahí, la hora siguiente Tsukamoto nos fabrica una película plana, predecible y redundante.
Durante esta hora, lo único que merece la pena es la primera aparición del personaje de Tsukamoto y la primera muerte. Pero es que de tanto repetirla aburre y acaba cansando.
Como también cansa el rollo Japón es un país con una altísima tasa de suicidios y están tan pillados que quedan para suicidarse a través del móvil. Estoy harto de verlo. Llega tarde también.
Y, lo peor, para mí es que no encuentro por ningún lado la fuerza que emanaba de "Tetsuo", eso que nuestro colaborador Keichi calificó de Cine de Autor, así, con nombre propio. Sólo al final parece que Tsukamoto despierta y consigue darnos algo de su propia medicina con el momento bola de carne. Pero...está ya tan imitado que no consigue su efecto.
Pues sí, va a ser que tenía razón Tsukamoto cuando presentó su película, y, pensando tarde y mal, llega con varios años de retraso.
Desde luego, menos mal que está por ahí la morbosa Hitomi para apaciguar al aburrimiento.