El director de la película es Julian Schnabel, un tipo que no me cae simpático como personalidad pública que es, y cuya obra (Basquiat y Before night falls, papel por el que el oscarizado Bardem tuvo su primera nominación) tampoco me ha convencido. A ello se sumaba una temática, la de este film, que tampoco me llamaba la atención y que no me interesaba, máxim después de haber visto Mar adentro. Sinceramente, no quería ver la película.
Pero he aquí por dónde que Schnabel fue elegido Mejor Director en el Festival de cine de Cannes y que la película tuvo una buena acogida en el Zinemaldi y que en la carrera por los Oscars ha conseguido colarse con cuatro nominaciones, aunque, eso sí, sin premio alguno. Y es que algo tendrá el agua cuando la bendicen. Y uno que considera que aún le restan años para el fundamentalismo en lo que a Cine se refiere, no está dispuesto a perderse una gran película.
La película iba a estar protagonizada inicialmente por Jhonny Depp, pero finalmente el papel protagonista recayó en Mathieu Amalric (Munich o María Antonieta), acompañado de Emmanuelle Seigner (La vida en rosa) y Anne Consigny (Asuntos pendientes). El film como quizá muchos ya sabréis está inspirado en la novela escrita por Jean Dominique Bauby como consecuencia de un accidente que el mismo sufre en diciembre de 1995 y que lo proyecta al universo del considerado como Locked in Syndrom (encerrado en sí mismo).
Una película con temática dura pero que la debemos esperar con un enfoque mucho más alegre.