La verdad es que me esperaba una película mala, ahí está mi precrítica. Decía que podría salvarse con crueldad y tono gamberros y la verdad es que la película cumple un poco en ambos aspectos. La escena de la tortura es digna del esperpento de Hideshi Hino que vimos en la semana de terror el día anterior, Guinea Pig: Flowers of flash and blood. Enriquece a la película no por los momentos gore en sí mismos a los que no soy especialmente aficionado, sino porque rompe con el estilo teen movie ligero.
Seguramente el mayor acierto de la película es la mezcla de géneros. Tenemos por un lado la intriga psicológica que nos remite a películas más clásicas que pueden ir desde Hitchcock hasta la Hammer (con las distancias oportunas), con la protagonista a quien nadie cree, que se debate entre los problemas psicológicos y los reales. No está mal llevado, un personaje que no conoce a su agresor porque ella no es la víctima. Tiene su punto. Eso sí, hace aguas por varios puntos y además, el hecho de que al final el asesino termine siendo un personaje que ha salido dos minutos al principio del film y que no pinta nada, es bastante sonrojante.
Por otro lado tenemos el asesino en serie y aquí es donde entra el gore y lo grotesco. Las mutilaciones producen una atención morbosa por parte del espectador, llegando a haber escenas de sexo incluso, si la película fuera buena pasaría a las comparaciones con Cronenberg.
El cine de adolescentes, con el novio que quiere pero la novia que no. Aquí tenemos el punto más gamberrillo con escenas como la de pedir un condón al FBI. En cuanto al humor negro, no tiene precio ver como la pierna ortopédica tiene un cargador y cuestiones similares.
Todo este contraste de género es gratificante, pero en todo caso, que nadie se equivoque con mi precrítica, la película es mala, a veces sonrojante. Lindasy Lohan no actúa, es sólo un elemento grotesco más de la película. Tiene un aspecto bastante lamentable seguramente debido a su mala vida, tira para atrás. Así que no tiene mucho sentido verle en la película, simplemente funciona bien, una vez más, por contraste, porque el cine al que está habituada no suele tener amputaciones. Las escenas del local de streapteese son bochornosas.
Me he divertido, especialmente gracias al ambiente de la semana del terror, pero en ningún momento se ha alejado de mi mente la certeza de que esta es una mala película, aunque entretenida por sus contrarstes y sus giros. Sólo apta para consumirla en grupo y reírte a gusto de ella. Y, en algún caso, hasta con ella.