Crítica de la película Sunflower por Hypnos

Se presentaba como uno de los platos fuertes del Festival y sale fortalecida de cara al Jurado y a la Concha de Oro, pero, lo cierto, es que, personalmente, me resultoó un pelín decepcionante.

Me parece que Zhang plantea una película excesivamente ambiciosa. No sólo nos quiere contar la historia de un padre que quiere que su hijo sea lo que él no pudo ser. Sino que, además, quiere hablarnos de la familia, de las relaciones familiares en China, de la situación social de China en tres momentos clave de su vida, de la redención, del honor, en fin, demasiadas cosas.

Ahora bien, esta película, tiene otro defecto: su metraje. Me ha resultado excesivamente larga. Sobre todo por su desarrollo que en algunas ocasiones se hace lento. Tiene la virtud de mostrarnos la transformación de China con un solo plano cuando en la tercera historia en un movimiento de cámara pasa de las antiguas casas de los protagonistas a unos rascacielos. Magistral. Pero también tiene la virtud de tardar mucho en explicar algunas cosas. Por ejemplo, el entrenamiento del niño.

Pero, quizá, lo peor de la película sea su convencionalismo. La historia está muy trillada. ¿Cuántas veces hemos visto en el cine al niño que pilla a sus padres practicando sexo? El tirachinas. La dureza padre e hijo. El tener que convencer al hijo de que uno es su padre.La mayor parte del desarrollo de la trama...

No obstante, Zhang sabe imprimirle algunos detalles de gran belleza: la escena de la máquina de coser, la persecución sobre el hielo, el divorcio de los padres e incluso el nacimiento en directo. ¡Qué mejor manera de poner en imágenes la emoción de ser padre! Todo ello acompañado de una fotografía azulada magnífica. Quizá poco consonante con el indudable toque realista que quiere imprimir en algunos momentos. Pero, para mí, maravillosa. Lástima que a mí la banda sonora me resulte carente de talento y machacona.

Una favorita que ha jugado demasiado bien sus bazas. Riesgo cero.


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