Francis Ford Coppola sigue por
su senda de experimentación, después de Tetro donde volcaba para
bien y para mal su rabieta artística, ahora le ha dado por el terror
y además en 3D. De cualquier otro director diría que se pasa a la
tercera dimensión porque es lo que toca, pero cuidado con Coppola,
puede darle una vuelta de tuerca a esta técnica y aprovecharla para
su barroquismo habitual. Unido a un juego de colores y grises que
utiliza en esta historia de fantasmas, puede terminar siendo un lujo
audiovisual (no olvidemos el espectáculo que supuso su genial
versión de Dracula).
Al igual que su hija en Somewhere,
título que tenemos ahora en cartelera, el director ha fichado a la
joven pero ya muy talentosa, Elle Fanning. En el papel
protaonista, el olvidado Val Kilmer que se va manteniendo
trabajando mucho pero en películas de escaso éxito. En todo caso,
el éxito no es ahora mismo una prioridad del director, que después
de haber sido uno de los más grandes para la crítica y la industria
y de haber pasado por una época de sequía, ha retomado su carrera
ajeno a todo, autofinanciándose los trabajos y escribiendo los
guiones. Aquí ha tenido de nuevo total libertad.
Se podrá ver en el festival de Sitges.
Un cuento gótico que sale de la cabeza de este genio del cine, ahora
renacido, con toda la energía y la irregularidad de un primerizo.
Veremos hacia donde va su carrera.