Me pemito parafrasear a uno de los personajes de "Van Helsing", y con ello dar título a esta postcrítica.
La película arranca al estilo Sommers. Es decir, con un previo poderoso, siempre situado en una época pasada en la que sitúa posteriormente la trama. Una presentación concisa y rápida de los personajes. Y el establecimiento del eje héroe-heroína-personaje cómico que ayuda (en el caso de la saga de la Momia era el hermano de Rachel Weisz).
La película tiene el sello Sommers en su guión. Están los buenos y el muy malo, y junto a él, sus secuaces, y, entre medio, aquél que está entre ambos bandos (en esta ocasión el rey escorpión se transforma en el hombre lobo). Todo esto se identifica con facilidad, al igual que la manera descarada con la que Sommers reinventa lo clásico. Ya lo hizo con la Momia, y aquí se atreve con los vampiros. Perdón, he dicho reinventar, creo que lo correcto en estos días es "adaptar". Que todo está muy visto, y no hay ser vivo en la faz de la tierra que no sepa cómo muere Drácula, pues entonces lo que hay que hacer es darle al público algo nuevo. ¿Cuál es el límite? Mientras el público vibre, todo vale.
Perfecto, y de esta adaptación, ¿qué surge? Ante todo una mezcla alucinante de géneros y películas. Tenemos por un lado al aventurero tipo Indiana Jones, con estilo de lucha a lo "Xena" y con humor de la Momia y el último James Bond, enfundado en un cuero de lo más chic y elegante enfrentándose a las hordas del mal encabezadas por un Drácula a lo "Ozzy Osbourne", que habita tras un Stargate, que parece que en cualquier momento va a coger un murciélago, comérselo y ponerse a cantar para los millones de hijos que procrea y que son calcaditos a Alien. Y lo que me parece aún más cachondo: en "Van Helsing", Frankenstein parece una jodida central eléctrica.
¿A qué me suena este tipo de frases?
El conjunto es malo de solemnidad.
Pero claro, parece ser que en los tiempos que corren hay dos tipos de películas malas: las malas hechas a drede, y las malas que pretenden no serlo y resultan ser pretenciosas.
Me gustaría escribirle a Sommers y decirle que el error que ha cometido ha sido el de pretenderse pretencioso, quizá, si hubiese estudiado a fondo los clásicos de la Hammer y los hubiese metido todos en una batidora, le hubiese salido un fresco batido del gusto de mucha gente, y, por supuesto, de algunas plumas de esta página. Lástima por él, lástima para todos.
Porque en mi opinión, tanto una peli mala hecha a drede, como una mala que pretende no serlo, se merecen 1 ESTRELLA.