Cuando uno entra al cine a ver esta película tiene la extraña sensación de que va a asistir a la enésima historia de casas encantadas. De hecho, durante gran parte de su metraje, creemos erróneamente que los extraños fenómenos que quitan el sueño a los protagonistas del film tiene su origen en lo sobrenatural hasta que la verdad -desvelada quizás demasiado pronto- sale a la luz y nos damos cuenta de que el planteamiento del film discurre por caminos más terrenales de lo esperado. No puede decirse que esto sea un defecto, pero jugar a mostrarlo todo desde un principio y no jugar demasiado con la ambigüedad tiene sin duda sus inconvenientes.
Tras un flashback inicial, que no solo es innecesario sino también incongruente con el resto de la película, se nos presenta a un matrimonio francés recién afincado en un país de Europa del este. La vida cotidiana y las dificultades de adaptación a una nueva vida se nos muestran de forma creíble y coherente. El film se toma su tiempo en arrancar, no demasiado pero el necesario, hasta que el matrimonio sufre una inesperada visita en plena noche.
Desde este punto, la película se convierte en una interminable escena de caza y captura sin tregua que no concede ni un minuto de descanso al espectador. La intención de los directores de buscar un desarrollo vibrante y sin pausa alguna se convierte en un arma de doble filo. Si optamos por no otorgar a los espectadores unos momentos de tranquilidad que todo tipo de película necesita, la idea solo se salva en caso de encontrarnos con un desarrollo francamente sobresaliente. Esa es la única solución posible para que el experimento no fracase estrepitosamente y, desgraciadamente, no es el caso de Ellos.
Los omnipresentes mecanismos típicos del género tampoco ayudan a agilizar un desarrollo paradójicamente lento en ciertas partes, ni contribuyen a hacernos comprender ciertos movimientos por parte de los actores y es que a veces las reacciones de los dos protagonistas no parecen lógicas. La persecución se extiende a través de un tiempo y un espacio indeterminados hasta llegar al paroxismo de lo absurdo. Tras unas cuantas persecuciones encadenadas llegamos a desentendernos por completo del destino de la sufrida pareja protagonista, hasta el punto de que uno llega a agradecer su final captura en un final muy predecible. La referencia final, que tan solo sirve para justificar el titulo del film y añade un escaso valor al conjunto de la obra, es meramente anecdótica.
Pero lo realmente preocupante de Ellos es lo poco trabajado de su guión. ¿No podía haberse explotado mucho más la historia real en la que se basa la película? ¿No saben los directores aportar al film -después de un inicio comedido- nada más que una interminable escena de persecución con final infeliz? Sin duda el intento de hacer de Ellos una película directa y concisa no justifica el que su desarrollo, ya de por si mediocre, aporte tan poco al cine del género. Bastaba haber aderezado la historia con ciertos elementos, o en su defecto haber conseguido un producto más equilibrado -mientras que la escena final en el sistema de alcantarillado está muy bien rodada, la de la persecución nocturna que le precede es terrible- para que la película funcionara. Ni siquiera una correcta actuación por parte de los actores ni una fotografía interesante aunque en ocasiones sorprendentemente poco cuidada -¿Es de día o de noche?- consiguen salvar el conjunto del film.
Los experimentos en el cine son siempre agradecidos pero cuando se disfraza una película con los mecanismos típicos del género remezclados de manera que parezca un producto nuevo o bien se es un genio de la dirección o desgraciadamente la treta no da resultado. Y es esto precisamente lo que le ocurre a Ellos. No puede explotarse una película, por muy corta que sea, en una sola escena alargada hasta la extenuación pues tan solo se consigue que el espectador se exaspere. Para los amantes de los sustos fáciles el film puede tener su interés pero lo exiguo de su planteamiento le resta muchos puntos.