Sorprendido por el grado de compromiso de la película por tratar de dar un giro de madurez al personaje, y agarrado a esa ruptura con el primer film, he podido soportar las nada desdeñables curiosidades, coincidencias y facilidades del mundo de las historias de guays guapos.
Cantar, ser artista, trabajar feliz y tener a los malos tan localizados, era algo con lo que hasta contaba, como eso de ir permanentemente precioso y sin casco en la moto. Ese lado oscuro de la sencillez ha existido, como no…(sexo perfecto).
Pero la otra, la parte digna, la parte no tan chiquilla, más de personaje joven pero sobradamente preparado ha logrado mi atención, ojo, con cuentagotas, en busca de un final cantado pero no tanto en este film, con un final alargado y sentimental que al menos ha tenido algo de clase.