Mucho se habla sobre el cine invisible, y aquí tenemos un ejemplo de ello. Si uno es un apasionado de la música, los nuevos canales de distribución le permiten llegar a escuchar casi a cualquier grupo. Si uno es un cinéfilo, ha de quedarse dentro de la jaula esperando a que alguien decida lo que tirarte para comer. Y el caso de esta cinta, Symbol, resulta paradigmático en la materia.
Se trata de la segunda cinta de Hitoshi Matsumoto, un cómico de reconocido prestigio en Japón, y que con su ópera prima consiguió diversos plácemes y parabienes, de título Dai Ninponjin, una bizarra cinta en la que se mezclaban cultura pop, constumbrismo, manga y superhéroes. Fue una película que llegó a España de la mano de la Semana de Terror y que yo conoci gracias a un finde precrítico.
Con la repercusión de su primera película, esta segunda se esperaba con interés, rumoreándose incluso que pudiese estar en la selección del Festival de Venecia de 2009, no habiendo sido seleccionada finalmente.
El film ha funcionado bien en Japón, y se presenta como una cinta mucho más arriesgada que su ópera prima, en todos los sentidos, una especie de tour de force en el que Matsumoto ha dado rienda suelta a toda su creatividad. Nosotros podemos quedar simplemente alucinados ante la película, pero no creo que nos dejará indiferentes. Uno ya tiene problemas con las cintas orientales ya que hay veces que a uno le parece que se trata de una situación cómica cuando no lo es. Imaginaos el problema cuando estamos abiertamente ante una comedia japonesa.
Sin duda, un director interesante al que hay que seguirle la pista.