Llevo retrasando mucho tiempo ésta precrítica. Y es que lo nuevo de Cronenberg no me interesa para nada. Esto tampoco sería tan raro si no fuera porque me declaro como uno de los mayores fanáticos de películas como Videodrome, Crash o Inseparables.
Cronenberg ha hecho un cine que me ha resultado siempre fascinante. No existe nadie al que haya visto envasar con ciencia-ficción de serie B ideas de tan profundo calado intelectual. Las películas de Cronenberg tienen la virtud de esbozar ideas intelectualmente muy estimulantes, sin repetir mensajes machacones (esto también lo comenta mi colega Sherlock).
Lo que pasa es que el tiempo de reflexionar utilizando los mecanismos de la serie B ya pasó. Cronenberg se hace mayor. Alguno me hará metáforas con el buen vino, pero la verdad es que éste Cronenberg ni me divierte ni me estimula una décima parte de lo que lo hacía antes. Ver a Cronenberg ahora no se diferencia a ver películas de cualquier otro.
Haber perdido uno de mis mayores estímulos cinematográficos hará inevitable que vea la película con algo de melancolía. Espero, al menos, entretenerme.