Aquel que siga las andaduras cinéticas de Beiger - que espero que seáis muchos - sabrá que hace mucho tiempo ya que me declaré megafan de David Cronenberg y que mi película preferida - si es que tengo una - es Videodrome. Cronenberg, como todo cineasta que lleva varias décadas haciendo cine, ha pasado por varias fases. Tenemos al Cronenberg universitario, primerizo y recalcitrantemente intelectualoide de Stereo o Crimes of the future, tenemos el bloque central de su cine con Videodrome, La mosca, Inseparables, El almuerzo desnudo y, tras la constatación del agotamiento de su cine con Existenz (un remix de Videodrome) y la transición a su nueva etapa con Spider, llega a su madurez y al éxito con el gran público con Una historia de violencia, Promesas del este y la película que nos ocupa: Un método peligroso.
Por eso creo que lo primero de lo que podemos disfrutar en ésta película es de un Cronenberg maduro, que ha sabido tratar con mayor delicadeza sus obsesiones. Lo segundo de lo que podemos disfrutar es de un Viggo Mortensen totalmente desatado haciendo de Freud y en perfecta comunión con lo que Cronenberg le pide. Quién se lo hubiera dicho hace tiempo, pero se ha convertido en su actor fetiche.
Cronenberg, Mortensen, Freud... una película intensa, dramática y misteriosa para todos aquellos que gustan de arriesgarse un poco previa promesa de un buen premio. Primera oportunidad para ver: el Festival de San Sebastián de este año.
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