¿Alien Vs Predator? ¿King Kong Vs Godzilla? No, Shakespeare Vs Cervantes.
Los crossovers son divertidos, genialidades de diferente estilo pero dentro del mismo campo se enfrentan, ya sea en duelo a muerte o compitiendo por una bella dama, haciendo uso cada uno de sus más características habilidades.
Dos de los escritores más importantes de la historia, William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra. La historia es pura ficción, pero ambos escritores compartieron época hasta tal punto que supuestamente murieron el mismo día (digo supuestamente pues esto incluye un error de diferentes calendarios, en realidad 10 días separan la muerte de uno y otro). Desde luego es una premisa simpática, jugosa, de la que se puede sacar una bonita comedia llena de guiños.
Esto también puede convertirse en la historia de dos maromos cualesquiera a quienes les sucede un poco lo de siempre y que vienen a tener los nombres rimbombantes de estos dos escritores famosos. Esto, sin duda, sería un fracaso. Y es que aun cuando el guión pueda ser entretenido, si no se afinan las personalidades de ambos y sus diferencias, esta película será un fracaso.
Para intentar decidir si será un a cosa u otra lo tenemos sencillo, la cuestión se reduce a un nombre: Inés París, autora del film, guión y dirección. Suyas son las películas Semen, una historia de amor o A mi madre le gustan las mujeres. En ambas compartía tanto guión como dirección con Daniela Fejerman, sin embargo en esta ocasión ha continuado por libre. Pero es que incluso si nos remontamos a los tiempos en los que escribía guiones para la divertida serie Todos los hombres sois iguales, nos encontramos con su misma compañera. ¿Podrá ella sola? Quizá eso quiere demostrar.
Cervantes no podía ser otro: el chulesco galán Juan Luis Galiardo. Siempre hace el mismo papel, sí, pero siempre está bien. Si ya interpretó a Don Quijote hace unos años ahora le toca su creador. Para el inglés que clavó los culebrones, Shakespeare, tenemos a Will Kemp, un actor, por ahora de poca monta, que hemos podido ver en Van Helsing o en Cazadores de mentes. No tiene, a mi entender, el suficiente carisma. Aunque si Joseph Fiennes pudo ¿quién no?. Junto a ellos, como bella tenemos a Elena Anaya, que también aparecía en Van Helsing y que últimamente ha participado en Alatriste o Frágiles. Para dar una nota de seria elegancia tenemos a Geraldine Chaplin, la hijísima.
En definitiva, con una premisa original no basta, y si terminamos viendo las cuatro tonterías a las que nos tiene acostumbrados un sector preocupantemente mayoritario del cine español, no habrá servido de nada. Me huele a chamusquina, pero creo que una oportunidad es necesaria.