Crítica de la película La batalla de Hadiza (Battle for Haditha) por Iñaki Ortiz

Al principio de la película se explica en pocas palabras el hecho real sucedido en Haditha, del que luego veremos una representación dramatizada (como en los programas de casos). Y, sinceramente, la película no me aporta mucho más que eso, pues prácticamente todo lo que me ofrece ya queda claro en la simple narración escueta del hecho. Y lo que no saco de ahí, es precisamente lo que menos me gusta.

La película me recuerda, como es natural, a Paul Greengrass, y en especial a su película United 93. Nos vienen a relatar un hecho conocido, este menos que el otro, y uno espera que lo que veas en la película sea un relleno de ficción de lo que no es el hecho en sí, porque para lo demás ya está el telediario.

Sólo te queda esperar a ver como se escenifica aquello que ya te han contado, por lo que tienes una idea más o menos clara de lo que va a ocurrir a cada momento. Esto lo hace monótono. Sí, es impactante ver como los marines disparan a los civiles, incluso a los niños, pero no es mucho más impactante que leer la noticia en el periódico. Si al menos nos ofreciera el montaje frenético de Greengrass.

Como decía, el añadido es precisamente lo que menos me gusta. Me refiero a ese mensaje que aligera levemente la culpa de los soldados. Está claro que al final, la culpa de todo lo tiene el sistema que ha iniciado la guerra y los ha enviado allí, pero que no me vendan milongas, al final son esos tipos los que deciden sacar de un coche a unos cualquiera y dispararles uno a uno sin compasión. Porque luego el tal Ramírez le dé la mano a una pobre viuda no le voy a coger cariño. Creo que en este sentido la película es muy condescendiente y nos muestra unos marines demasiado majetones. Recordemos: no son soldados cualquiera de a pie, son marines.

Total, que toda una película para contar lo que ya sabemos, que en mitad de una guerra el ejército hace barbaridades. Nos lo han contado tantas veces en el cine y en la televisión. Y con un mensaje final que ni siquiera me lo trago, me suena falso, no me creo a los personajes de una película casi documental y esto es ya pecado mortal.