...logré verla. Y doy gracias a todo el Panteón por haberla podido ver.
Nada más terminar de verla acudí a la post que en su día escribió mi compañero Sherlock, y descubrí que en líneas generales tengo la misma opinión que él. Así que me voy a tomar la libertad de entablar un diálogo con esa postcrítica. A ver qué tal sale el experimento.
Estoy contigo en lo de que la película lleva inexorablemente a acordarse del relato de Philip K. Dick ("Desafío total"), es algo muy evidente; pero lo que me gusta del tratamiento que el guionista King ha dado a la historia es el hecho de que se descubre al final, no a la mitad como sucede en la peli del Gobernador de California. ¿Por qué me gusta eso? Porque te mantiene la emoción hasta el final. ¿Qué ganaban descubriéndolo a la mitad? No pasar de rosca al público y dar más margen al cine de acción.
Esta cuestión me lleva a hablar sobre la complejidad de la trama a la que aludías. Sí, estoy contigo en que quizá es demasiado enrevesada. Pero es tan real, tan llevadera, tan magníficamante contada y centrada. Me explico. Todas las tramas Natali las lleva a tres rostros, el de Nigel Bennet (Digicorp), Lucy Liu (Rooks) y el jefe de seguridad de la Sunways. Y esto que parece tan sencillo hace que no te pierdas, porque todos trabajan para sus compañías de forma parcial, y de forma final para eliminar a Rooks. Otros guiones que iban en esta línea se han vuelto tediosos y se han convertido en auténticas veletas según le convenía al máximo responsable. No ha acabado la cosa en un sonrojante "Juegos salvajes".
El final, sí, es decepcionante, es a lo James Bond, pero me gusta. Esa soledad que tienen ellos, nadie más puede verles juntos, ese soplo de frescura al ver el mar y el sol, algo que no se ve en toda la película. Y, además, es un final proyectado, desde la maravillosísima escena inicial de créditos, con el libro de viajes por las Islas del Pacífico. Quizá en James Bond sí que solían sacarlo de la nada.
Y, ¡ay! El manguffin. ¡Qué agradecido es durante la película y qué molesto al final! Pero también me gusta en esta ocasión. Ya que despliega una gran humanidad en un personaje que se presenta muy deshumanizado durante toda la película, Rooks. Se embarca en toda esa peligrosa misión para sacar de los archivos la orden de matar a la única persona a la que quiere en el mundo. Suena muy rosa, pero me encanta ese ciber-romanticismo. El plan es perfecto: saca el archivo y mata a todos los que la conocen. Fin del peligro y a navegar.
Y sí, querido Sherlock, ¡qué cierto es que es muy difícil ver una película de Ciencia-Ficción en estos días! Una en la que la acción no se personalice en miles de millones de dólares en fectos especiales, sino en escenas tan tontas como la de el prota esperando a que se cargue el disco (EXCELENTE), la misma escena del lavado de cerebro, o el clímax muy bien preparado en una inocente escena en un taxi: «No le veas la cara, si no, estarás muerto». Que te hace tomar parte en la película. ¿Qué quieres, que le llame a Nigel Bennet o que se quede y ver a Rooks?
Una de esas pelis futuristas hasta reales, el cómo en nuestros días juega un papel muy importante la información (el espionaje) y el marketing. Porque, ¿qué es el marketing sino un intento de lavado de cerebro? No me extrañaría que esto sucediese dentro de 50 años.
Una de esas pelis futuristas con atmósfera, con esa luz prodigiosa, con ese carácter que Natali le da a sus películas, tan extraño, molesto, arrebatadoramente fascinante.
Porque yo no soy tan purista con la Ciencia-Ficción como tú, Sherlock, todos los peros de esta película me los como sin rechistar, y comparto, al igual que tú, la necesidad de premiarla con la quinta estrella y un sonoro aplauso.