Es curioso que una de las películas más interesantes de la Semana de terror de éste año venga de Jennifer Chambers, hija de David Lynch y ganadora de un Razzie por su primera película. Es interesante no sólo porque haya conseguir ganar en el Festival de Sitges, sino porque nos trae la típica trama de agentes que investigan asesinato en serie y que promete estar aderezada con humor negro y terror del duro.
Hasta ahí estamos ante una película que si consigue imprimir buen ritmo a las declaraciones de los diferentes implicados y resulta contundente tanto en los golpes de humor como los de terror conseguirá ser un buen producto. Lo que más temo son las pretensiones de crítica social con las que también cuenta el film. Supongo que la hija de Lynch no podía hacer algo que no fuera pretencioso, lo lleva los genes (o lo que sea que transmita Lynch a su descendencia...). Así que el resultado final de la película puede verse empañado en función de lo chirriantes y aleccionadoras que resulten las tesis que la motivan.
Una de éstas películas a las que acercarse con cierta precaución.
Veremos.