Las películas sobre despedidas de soltero suelen tratar las burradas que se hacen en esa noche loca y desenfrenada dónde los protagonistas suelen hacer bestialidades y meterse en un lió tras otro. Pero la originalidad de esta cinta versa en que los personajes no recuerdan nada de la noche anterior y con una resaca abrumadora deben reconstruir todo lo que hicieron para poder encontrar al novio, al cual han perdido.
Pocas comedias son capaces de sorprendernos ya, y no es que esta cinta lo consiga con cada escena, pero la forma de narración y el ritmo que se le imprime si que la convierten en algo fresco y sobre todo, en un film divertido y ágil. Poder ir descubriendo a la vez que los protagonistas lo que hicieron la noche anterior permite que al espectador estar enganchado y que las carcajadas broten inesperadamente.
Una película para poder recomendar a todo el mundo sin problemas, ni excesivamente obscena y con momentos realmente hilarantes. No es una gran película, pero si una buena comedia, que hoy en día escasean bastante. Sorprende aún así que se llevase el Globo de oro a la mejor comedia, pero quizá sea bueno premiar un tipo de cine que aunque gamberrote, su cumple con inteligencia la función que debe tener una comedia, hacer reír y contar una historia que entretenga.