No le hago ascos. Es más, promete muchísimo más que otras con más presupuesto y mayor recorrido en publicidad. La idea de que esta peli nos llegue del mundo escandinavo la hace apetecible, más fabulosa. En definitiva, tiene ese encanto nórdico lleno de historias maravillosas y de mundos nuevos jamás conocidos. Llena de parábolas, de infinitos sueños infantiles y de seres inimaginables. Nikolaj Arcel dirige este largometraje y ecribe el guión junto a Rasmus Heisterberg en esta producción de Zentropa Entertainment, la productora de Lars Von Trier. Y es que a primera vista puede parecer un film infatiloide barato con presupuesto aceptable para cosechar resultados justitos en taquilla. Pues esos resultados dignos ya los tiene. Pasó por el Festival de Cine de Gijón y ha ganado el premio a la Mejor Película Infantil de la academia del cine sueco. Vamos, que allí ha gustado y de tontos no tienen ni un pelo. Mucho me temo y ojalá me equivoque que aquí no es que no guste sino que quizás no tenga ese perfil de peli norteamericana de superpresupuesto. En pocas palabras, que la pueden confundir por cutre. Y sería una pena porque promete ser buen material del género de fantasía. Todavía recuerdo La Historia Interminable y a Bastian Baltasar. Qué gratos recuerdos. Con esta actitud de nostalgia y de recuerdos iré a verla.