En fin, para todos aquellos que han perdido algo del tiempo de sus vidas en leer lo que escribo o en informarse de lo que sobre cine suelo opinar, no les extrañará en absoluto que demuestre un inusitado interés hacia una cinta turca de la que dicen es un maravilloso estudio del comportamiento humano al más puro estilo del cine de Ingmar Bergman.
Este dato, aunque a la postre no sea cierto y tenga ocasión de redimirlo a través de una postcrítica, me es suficiente para dedicarle mi tiempo.
A esta sensación he de sumarle un premio FIPRESCI en Cannes 2006 y otros premios que llevaron a coronarla como la mejor película turca del pasado año.
Dichosos y afortunados debemos sentirnos por el hecho de poder acercarnos a un cine a ver esta película.
El director de la misma es el otrora prometedor y actualmente promesa hecha y derecha, Nuri Bilge Ceylan, del que ya disfruté Uzak (Lejano).
Una película que entrará suave y con suma facilidad por los ojos y que si tiene el pulso adecuado a la hora de diseccionarnos cada uno de sus personajes nos deleitará en todos los sentidos.
Una apuesta de la que seguro será difícil salir escaldado. ¡Es cine de Festival!