Es sorprendente, y de paso eficaz, cómo
esta película camina desde la caricatura a la emotividad más
sincera. Comienza con un retrato cínico y puñetero, al más puro
estilo House, del protagonista de viejo, y continúa con un contexto
exageradamente bohemio, cercano también a la caricatura. Las intervenciones del genial Dustin
Hoffman remarcan el punto humorístico, con algunas
insinuaciones cargadas de mala leche, y la película explota en su
caricatura con la boda, y con el amor a primera vista y la huida. Una
cosa es mostrar un matrimonio que ya no funciona y otra ver a esta
pareja que no encaja de ninguna manera (y mucho menos con el
precedente o con lo que vendrá después). Es, en definitiva, pura
comedia.
Con una situación muy novelesca, como
es el accidente en el lago, se consigue una ruptura y la película
camina en otra dirección, hacia la historia de amor sincero, y ya en
la recta final, apoyada firmemente en unos personajes palpables, nos
golpea con la enfermedad. Al igual que Million Dollar Baby, se
reserva esa baza para hablar de un problema muy actual. Excelente
elección del Zinemaldi en una edición que trata el tema en varias
de las películas presentadas. Momentos como el de "he olvidado su
número" encierran un drama que se ha ido gestando durante toda la
película. Unido a la obstinación por no perder a la mujer que sigue
amando como el primer día, la película se vuelve dura. Un hombre
aislado por su enfermedad, y sólo por haber perdido a su alma
gemela. Un final descorazonador para una vida llena de risas. Por supuesto, una genial interpretación de Paul Giamatti.