Primera y esperadísima entrega de la adaptación al cine de El hobbit, ese libro que ha enamorado a propios y extraños en algún momento de su iniciada juventud literaria. Historia cronológicamente anterior a la que se nos mostraba en El Señor de los Anillos, para los que desconozcan la obra de su creador Tolkien, más infantil y menos pesarosa pero no por ello menos espectacular y atrayente.
Peter Jackson (Desde mi cielo y King Kong), el mago real de la Tierra Media, el creador que fue capaz de levantar una catedral visual de la nada, vuelve con estas dos entregas para tratar de satisfacer su propia necesidad de completar el círculo genial de esta historia de fantasía de cabo a rabo. La misma dirección de atrezzo cuidada hasta el infinito, la misma calidad técnica y digital sorprendente y el mismo tono de embelesamiento de la cámara creando secuencias brutalmente recordadas, pero probablemente más cómica y menos dramática por la propia naturaleza de los hechos que se acontecen.
Martin Freeman (Breaking and entering o más conocido por su reciente papel de Watson en la serie de TV Sherlock Holmes) es el elegido para satisfacer el rostro de Bilbo Bolsón, el hobbit protagonista. Los principales protagonistas de papeles en la trilogía del anillo repiten, Ian McKellen, Hugo Weaving, Cate Blanchet, Christopher Lee, Orando Bloom Elijah Wood entre otros.
Sentémonos a disfrutar de tres películas redondas y espectaculares. Acomodémonos para recordar las aventuras de Bilbo antes leídas con entusiasmo irrecuperable. Disfrutemos de la magnífica magia de estas películas irrepetibles que no tienen medio de ser criticadas. Sencillamente demos vida gráfica a nuestros pensamientos como fans del enorme universo Tolkien.