Voy a ser totalmente sincero: la principal razón por la que voy a ver ésta película es porque es la única medianamente interesante que me encaja en mi horario del Festival de San Sebastián de este año. Hay algo en Desperados on the block que me huele un poco a podrido, y es lo excesivamente festivalero de su planteamiento. Entiendo que alguien nuevo en esto del cine no se atreva con ideas especialmente originales, como comenta el colega Olmo en su precrítica, pero una película coral sobre un conjunto de personas que viven en el mismo vecindario donde se va a ir viendo como sus vidas están más cruzadas de lo que ello creían en principio, me parece un esquema que necesita de algún aliciente realmente potente para interesar mínimamente al espectador.
Quizá Rudzik sea uno de esos directores atrevidos, tenga la ambición de revolucionar el cine coral, y nos presente una Opera Prima llena de ideas fallidas pero muy interesante. Claro que quizá no. Afortunadamente, las películas corales dificilmente resultan aburridas. Su estructura evita que tengan lagunas narrativas y suelen estar dotadas de bastante ritmo.
Una opción menos arriesgada de lo que debería.