Insoportable film que se carga definitivamente un héroe que no tenía ya de por sí sentido. Es cierto que al menos pensaba que iba a sucederse dentro de unos parámetros de película sencilla de acción a la antigua ausanza, pero es que este híbrido a lo malo, es tan solo una intención de marketing sin fondo, sin ganas y sin intenciones de ningún esfuerzo por mantener el film en el entretenimiento normal y corriente.
Por contra, nos encontramos con una película que ridiculiza al forzudo sesentón cazaserpientes, de melena falsa, posturitas de pie en plan estatua y silencio hasta la muerte. Pero, es que cuanto le rodea no deja de ser una comparsa de risa y pasar de escenas sin sentido, sin credibilidad y sin siquiera algo de calidad técnica. La escena de la discusión entre los mercenarios en el viaje al rescate, la petición de ayuda de un tipo que pretende recordar al mítico coronel Trautman, o las increíbles matanzas exageradas con balística de diámetros exorbitantes merecen un capítulo aparte en la ley del mínimo esfuerzo.
Sin enemigos, sin sentido, el malo más malo es una caricatura cruel, sus secuaces más lentos que nunca, y los buenos chicos a los que salvar, una ong de proporciones lamentables que ni hacen mejor la película, ni más creíble, ni de mayor implicación con el público. Una lenta agonía de producto, que ha destrozado el mito, y eso que el señor Silvester Stallone, decía en sus declaraciones al respecto del film, que le merecía la pena mostrar a una generación entera el personaje de John Rambo. Yo creo que así, desde luego mejor no.