Martin, Martin, Martin, este serie el comienzo de una misiva al que dicen hace reir, aunque en este país es su doblador. Que una y otra vez caiga en lo mismo, personajes tontozuelos y exagerados es una respuesta comercial a lo que parece el cine americano y las sesiones de tarde de las televisiones insisten en ofrecernos para el entretenimiento. Yo digo que basta ya de tirar de la cuerda. Entendiendo que aquella época de cintas del mismo corte que conducen a bien poco se había acabado, no puedo aceptar demasiado que con el resto de ofertas esta cinta se mantenga en pie.
Puede que solo esté astiado, pero espero la respuesta negativa, porque ahora con baloncesto y chicos torpe, mañana nos cogerán el brazo y a saber qué.