Esta película es muy fácil de calar. Coproducción entre USA y Rusia. Terror con acción. 30.000.000 $ de presupuesto. 15.000.000 $ de recaudación en la taquilla yanqui. Hay que salir fuera. Probablemente con la recaudación de Rusia se llegará a cubrir. En España, a pesar de lo que digan de los devastadores efectos de la piratería, este tipo de películas funciona. Marketing en vena en la televisión en la semana de su estreno. Y directo al top 5 de la taquilla española.
La mayor parte de los lectores no necesitarán saber más. Los que sigan aún ahí pues habrá que decirles que lo que más me apesta de esta película es quien la dirige: Chris Gorak. Resulta que este tipo fue el director artístico de Miedo y asco en Las Vegas, Minority Report, El club de la lucha y El hombre que nunca estuvo allí. Decidió dar el salto al largo de la mano de Right at your door y se llevó un batacazo de los que hacen época. Por aquí pasó por la Semana de Terror y fue vapuleada por mis compañeros Beiger, Sherlock y nuestro ex colaborador Keichi. Nunca más se supo de ella.
Cinco años después, Gorak encuentra encaje en este desfase de cinta de terror a medio camino entre el esoterismo y la ficción en la que ponen algo de cara Emile Hirsch, que estaba llamado a comerse el mundo tras Hacia rutas salvajes y Mi nombre es Harvey Milk y que no se entiende cómo ha acabado aquí; y Max Minghella que lleva el estigma del fracaso de Ágora, a pesar de haber intervenido en La red social y Los idus de Marzo.
En fin, no perdáis el tiempo. No con mi tiempo.