Quiero expresar con palabras lo mala que ha llegado a parecerme esta película. Desgraciadamente no tengo suficiente capacidad para ello. Creo que no seré capaz de transmitirlo al lector.
Una sensación continua de incredulidad ante la bajísima calidad del guión y de los actores. En el primer caso me gustaría decir que se trata de un novato que no sabe muy bien lo que está haciendo ni donde se ha metido. Me gustaría pero no es así, porque Ventura Pons no es precisamente un primerizo, tiene una buena cantidad de películas y ha llegado a competir en Cannes. Quizá en catalán los diálogos suenen mejor, no lo sé. En castellano dan pena y risa a la vez. Sobre todo, sorprende que hoy en día se pueda alcanzar tal nivel de artificialidad y torpeza.
En el segundo caso, me gustaría decir que se trata de un grupo de actores desconocidos, una mala elección de casting que se debe a una falta de presupuesto. Pero no, el protagonista es el flamante ganador del Goya del año pasado, Óscar Jaenada. Está realmente mal, y no lo entiendo, es un actor de mi gusto. Nuevamente me pregunto si es cuestión de doblaje, ya que físicamente no está mal su interpretación. No lo sé, me da igual, al fin y al cabo no deja de ser su voz. Del resto del reparto mejor ni hablar.
Curiosamente me encuentro con un tratamiento de la fotografía fino y coherente, una dirección aceptable, un poco pasada de moda pero más que suficiente. Y la ambientación, en lo que suelen fallar los films nacionales, no está mal, esos casinos clandestinos y esa gente adinerada tienen cierta credibilidad. Pero, por favor, no hay por donde agarrar el guión. Era de esperar que el póquer pasara de refilón y que el personaje del jugador no tuviera demasiado sentido, desde luego no es un ejemplo de buen jugador sino más bien de los contrario, pero no me esperaba un Rounders. Me puedo esperar escenas tontas y mal conectadas, como la de la tarta y el moro, pero, por favor, ¡qué diálogos! ¡Qué interpretaciones! Los demás defectos quedan eclipsados.
Así no vamos a ningún lado. Un poco de seriedad.