Irresistible es la clásica película menor que no acaba directamente en el mercado DVD por el renombre de algunos de sus actores. Pero tampoco debemos dejarnos engañar, precisamente, por ellos.
Vale. Susan Sarandon es una de esas grandes señoras del cine y Sam Neill uno de los primeros buenos actores que llegaron a Hollywood desde la interesante industria australiana (desde donde también llegarían Mel Gibson, Nicole Kidman, Russell Crowe o Hugh Jackman). Pero, si echamos un vistazo a sus trabajos recientes, descubriremos que ni la Sarandon ni Neill están contando para grandes proyectos, ni para grandes estudios, ni para grandes directores.
Así las cosas, llevan un tiempecito aceptando trabajos menores y aquí se juntan en una película de interés mínimo. Un dramón con tintes de suspense, con argumento de telefilme clasicón de toda la vida, y que marchará desde el primer minuto hasta el último al mismo ritmo, sin parones pero sin verdadero interés.
A la directora del invento, Ann Turner (con solo un par de películas más a sus espaldas), no creo que le moleste demasiado que repita que su verdadero público está en el videoclub.