Me ocurre con la historia de Bourne que su saber estar como guión y como personaje real exagerado pero con respeto, sin concesiones de ritmo pero sin chifladuras, que pienso en lo dificultoso de mantener a un personaje de esta índole en pantalla con una buena excusa. Probablemente nos aporte algo de segunda parte necesaria, algunas escenas que realcen al personaje y nos permitan volver a creer en un James Bond europero que esté a la altura de su propia ilusión, ser el mejor espía y nada más.
Espero de esta segunda entrega que no se marchen de madre los serios guionistas y pretendan rizar el rizo porque esto representaría la muerte de mi gusto por las andanzas de un amnésico, simpático y letal que no es de mi devoción en lo que se refiere a su actor Matt Damon.
Pero por favor, no hagáis la tercera, o caerá un mito...
P.D: Frankamente Potente siempre es de agradecer, le ayuda, mucho.