Como ya han comentado varios de mis compañeros, esta película no es más que un capítulo largo, y no es de los mejores. No cabía esperar mucho de una serie que murió en una larga agonía. Tampoco es de los peores. Un nivel medio que no llega a aburrir pero que no permanecerá en el recuerdo. Le falta, esencialmente, intensidad.
En muchos capítulos de la serie, el ambiente se podía cortar, la tensión y el tono macabro, insano, desquiciante. Nada de esto hay en esta entrega, no al menos en su primera hora, y tan sólo una pequeña muestra entre las jaulas y las jeringuillas de la segunda parte. En compensación tenemos una fría fotografía con una textura interesante y algunas escenas vistosas en la nieve.
En otros capítulos la intensidad venía más marcada por la intriga que mantenía al espectador atento y despistado hasta los últimos cinco minutos. No es tampoco un punto fuerte de la película que apenas tiene un par de giros más o menos lógicos y esperables. Una muerte inesperada reaviva la atención.
La tensión se reduce a unos minutos finales que resultan algo atropellados. Por el contrario, y casi como académica contraposición, el guión es bastante sólido y el ritmo bien controlado. Le pongo un pero, no encaja que las dos historias sean, de forma independiente, parte del mundo de lo paranormal sin que haya una justificación para esta casualidad. Una manera forzada de mantenerse en la temática obligada.
El mensaje anticlerical tampoco me ha gustado demasiado. Comprendo que Chris Carter haya querido darle a esta película un valor ético añadido - siempre desde la convicción de que su público no lo va a rechazar, claro - pero no se puede atacar por todos los flancos a la vez, células madre, curas pederastas y malvados comités - un poco más de sutileza no vendría mal. Como la sutileza que le falta al chiste George Bush que cae demasiado a martillazo, donde bastaba un guiño -ya habíamos visto la foto. ¿Por qué no directamente "cristianismo caca" y "George W. Bush caca"? Una crítica típicamente americana para un público siempre polarizado. Afortunadamente estos dos puntos son simples detalles.
Lo que verdaderamente no me ha gustado, más allá de todo lo dicho hasta aquí, han sido los diálogos entre Mulder y Scully. Toda la moderación y la sobriedad que podíamos ver en la serie, quizá no en las últimas temporadas, aquí se ha ido al garete, y con ellas toda la magia y la química de los geniales personajes. Esto sí es para mí decepcionante. Aún así, ver a Mulder en acción discurriendo otra vez siempre se agradece.
El resto, una película correcta con un puñado de defectos y virtudes.