Somos la noche es una
entretenida y correcta película de vampiros, que no se sale
demasiado de las reglas marcadas. Ahora las chicas son las dueñas de
la noche, aunque, al final de la película triunfe el amor hetero. A
la línea a de lujo y vicio que adopta la película, le falta un
ingrediente básico: escenas subidas de tono que pudieran aunar lo
que se cuenta con cómo se cuenta. Sin embargo, y seguramente para
vender más y mejor, no encontraremos nada de eso. Aunque hay
concederles el haber conseguido una imagen sexy y cool para estás
devoradoras de humanos.
Escenas de acción contundentes al estilo Nolan. Y no es lo único que
encontramos a imagen y semejanza del cine del director: los planos
aéreos con banda sonora muy similar a la de los Batman. También son
reconocibles muchos elementos de la saga Matrix, aunque con una mayor
moderación.
Con esta película, Dennis Gansel demuestra que también sabe rodar acción, aunque nos haya ofrecido
una película demasiado recatada y correcta. Sostenida con buen
pulso, la película no aburre y además regala algún momento
especialmente bueno, como una de las vampiras ante su hija
nonagenaria a punto de morir. No destaca demasiado, le falta vicio y
atrevimiento.