Lo que estropea la película de principio a fin es sin duda su velocidad, su extremadamente veloz forma de narrar cuanto ocurre como si todo el contenido perteneciera a una tarde. Bien es cierto que el hecho de adaptar una novela al cine es complicado y más en mundos tan dispares como los de Eragon, pero es que da la impresión sincera de que ni lo han intentado.
Por su puesto tras este retal de intenciones, el resto de cuanto pudiera ser medianamente atractivo termina por ser ridículo y poco fundamental. Bajo la batuta de un chaval joven que se maneja de manera muy mal en la interpretación sólo puedo salvar algún momento con el dragón, porque el resto parece más un ir y venir de escenas más que una historia larga y compleja sobre la magia y la importancia de los seres alados.
No pido ni siquiera la sofisticación de "El Señor de los Anillos", pero sí al menos el esfuerzo de llenar más los acontecimientos para pensar que los personajes no vienen, sueltan el diálogo y se van, a velocidad de infarto. En cuanto al resto, no puedo quejarme, mucho sentimentalismo poco ayudado por el rodaje que ni siquiera intenta ser preciosista en la mayoría de ocasiones, y una sensación de película extremadamente infantil cuando podría no serlo.
A la carrera, sin intención de al menos rellenar con más tranquilidad alguna escena para llegar con media hora más las dos horas de metraje, me ha defraudado mucho, y encima desde el punto de vista de la división de las secuencias, de los tiempos, de las importancias, ni siquiera sabemos cuál le ha gustado más del guión al director, o es que no le ha gustado nada?.