Con una premisa tan jugosa como la que
tenía esta película, que daba lugar a inumerables complejos
conflictos internos, es una pena como su guión exhibe un desarrollo
completamente descentrado, a mi entender. Los hitos dramáticos se
malgastan con momentos sin fuerza que pasan por alto muchas
oportunidades.
Prácticamente toda la clave emocional
de esta situación debería estar en el previo a tomar la decisión
del embarazo. En lugar de eso, se resuelve con un par de escenas tan
cortas como la violación en sí. Lo que queda después es un páramo
narrativo, en el que esperar la resolución de los hechos. Y que no
se me entienda mal, me parece genial que algunas películas pretendan
dinamitar las estructuras clásicas y pongan el enfoque en los
aspectos más insospechados, pero siempre ganando algo a cambio. Esto
no es el caso, simplemente parece el guión mal escrito de alguien
que no ha sabido encontrar el oro en su material.
Apenas hay algún momento estéticamente
interesante, lo que tampoco ayuda. Lo que tenemos es una simple
crónica fríamente descriptiva -no digo que no fuera esa la
intención- donde quizá, lo mejor que podemos sacar es el valor
sociopolítico del contexto, con ese lado oscuro de la próxima
primera potencia mundial, en el que las operaciones se pagan por
anticipado -queda lejos ya cualquier atisbo positivo de comunismo-,
en el que el tráfico circula por carreteras pobres y donde sigue
habiendo una notable diferencia social entre el campo y la ciudad.
También, un país donde las mujeres tienen poco que decir sobre sus
vidas. Sabiendo de qué tipo de cine viene esta directora, estoy
convencido de que esto es lo más importante para ella, pero en el
intento de envolverlo en una historia de ficción, ha fracasado
notablemente.