Primera película del director de cortometrajes Sean Durkin, y ya muy comentada. Ha hecho ruido, y ha servido para presentar en sociedad el (dicen) buen trabajo de Elizabeth Olsen. Claro que aquí ya la hemos podido ver en un trabajo para ella posterior, Luces rojas. Su papel tampoco permitía adivinar demasiado, veremos aquí.
Volviendo al punto de partida. Para Durkin es su debut, y también se encarga del guión. Traumas espirituales y abusos como base para un drama que, imagino, respirará algo de aroma a thriller. Veremos por qué derroteros camina Durkin, y sobre todo esperemos que huya de los senderos ya más transitados y manidos. El positivo boca a boca apunta en buena dirección, de momento.
En cierto sentido veo venir que la película tirará por la vía de la paranoia y, especialmente, no tanto por el "no sabemos aun hacia dónde vamos" si no por el "no sé ni dónde estamos". Por completar el chiste: no sé si me explico. Pero creo que sí, que queda claro. Así expreso mi principal miedo ante la propuesta de Durkin, pero repito, el runrún es tan positivo, y las loas al trabajo de Olsen tantas, que uno no puede disimular su interés ante lo que está por llegar.
Puede que sea uno de los trabajos independientes del año, una de las películas de segunda fila (dicho sin ánimo peyorativo; de hecho, más bien al contrario) que no hay que dejar escapar.