No es fácil la tarea, de contar sin excesos, ni menospreciar intenciones ,esta historia.Pero entre la voluptuosidad y el cieno, aparece esa cinta, que si bien no será del agrado de la mayoría, me ha embelesado durante casi dos horas por la fuerza de una vida, que se debatía entre lo debido y lo deseado.
Aposentada en en Londres del siglo XII, hayamos a un espléndido Jonny Depp, que encarna a un conde y rebelde escritor de prestigio, alcoholizado y cansado de la tremenda rutina de la vida, a la que intenta ahuyentar con bebida, mujeres y teatro, donde encuentra su mayor vía de escape y donde acaba enamorandose de Samantha Morton, una artista que mas tarde alcanzaría la fama y el reconocimiento en su época. Las ansias por no seguir los caminos establecidos ni doblegarse ante nadie, le conducirán finalmente a su propia autodestrucción.
Laurence Dunmore, consigue interesarnos por los versos y la interpretación, guiándonos suavemente por los oscuros recovecos de los sentimientos humanos, hermosos como el amor o la pasión, por despechados desprecios o por la triste cobardia ante la muerte, donde al final, hasta el mas fuerte se doblega.
Las interpretaciones, sublimes.Si bien cabe destacar sobre todo a Depp y a Norton, desgarradores hasta el infinito, y a John Malkovich esplendidamente maquillado, me gustaría destacar tambien a Rosamund Pike, que interpreta a la mujer de Depp en la cinta, impresionante en su secundario papel.
Gran ambientación conseguida por escenarios y vestuario. Un visionado agradable sobre todo por el esfuerzo de contar una gran historia, con personajes únicos, y sin pretender grandes metas. Diferente.