Crítica de la película Dos miradas por Obi-Wan

Cuando un montador de video español, se lía la manta a la cabeza para rodar una drama que transcurre en un desierto de Chile, tiene que tener varias ideas claras. La primera, que en su país de origen no va a tener ni apoyos, ni éxito y por supuesto, pocas salas para exhibirlo. Así que, está claro que esto será una visión muy personal e intimista, igual demasiado, de aquello que nos quiera narrar.

Eso es lo que ha hecho Sergio Candel, contando con un presupuesto de 12.000 euros, dos actrices y colaboradores amantes del séptimo arte. Según parece, todo este proyecto surgió de unas fotos de Xabier Iriondo (colaborador en series como Los Serrano, Motivos personales o El internado) y que inspiraron a Candel para rodar esta historia.

Marta Larralde (Hotel Tívoli, Días azules) y la debutante Pilar Alonso, serán las encargadas de incomodarnos con sus miradas y sus silencios, cuando la amistad, rebasa los límites permitidos socialmente.

Cine experimental con tintes melodramáticos destinado para los más valientes.