Crítica de la película La pesca de salmón en Yemen por Hypnos

La manera en que tuve noticias de esta película es digna de anécdota. Estaba viendo el primer show de la vuelta de Buenafuente a Antena 3 cuando vi que él, Berto y Corbacho se iban a Londres a hacerle una entrevista a Ewan McGregor por una película que se llamaba La pesca del salmón en Yemen. Por aquello de la no ficción y las sucesivas trallas de mis compañeros precríticos pensé que el título y la propia existencia de la película era fruto de una broma del propio Buenafuente.

Cuál fue mi sorpresa al descubrir que no, que se trata de la adaptación de una exitosa novela homónima de Paul Torday, y dirigida nada más y nada menos que por Lasse Hallström, al que podría calificar de interesante director venido a menos en los últimos años. Hallström es el director de películas tan interesantes como ¿A quién ama Gilbert Grape?, Chocolat, Atando cabos o Las normas de la casa de la sidra. Pero que desde Una vida por delante se ha ido escorando hacia un cine con bastante poco interés como Casanova, Querido John, Hachiko o The hoax, que aún atesoraba algo pero que estaba muy alejado del nivel mostrado.

Vuelve, pues, a la carga con un material que le va a permitir ahondar en las relaciones amorosas en un entorno bien definido, como a él le gusta, enclaustrar a personajes en una suerte de escenario para rozarlos y mimarlos hasta sacarles las chispas de la emoción.

Protagoniza, esta vez ya sin bromas, Ewan McGregor, que tanto me defraudó en The beginners y que estará en lo próximo de Bayona, Lo Imposible. Junto a él, Emily Blunt, actriz que saltó a la fama con El diablo viste de Prada, pero que no ha sido capaz de trazar una carrera con interés. Junto a ellos, Kristin Scott-Thomas, nominada al Óscar por El paciente inglés, y que tampoco ha sido merecedora de una carrera muy destacada en esta última década, pero que apunta a comerse a alguno de los protagonistas con un papel bombón de secundario.

El guionista encargado de adaptar la novela es Simon Beaufoy, ganador de un Óscar por Slumdog millionaire y nominado también por su trabajo en 127 horas y The full monty, que nos puede dar la idea, unido a Hallström, de una película amable que se centrará en una historia de sonrisa y de romanticismo sin caer en un lugar común de postales.