Película sin excesos en ninguno de sus costados, con la ración justa de conversaciones y una intimidante manera de correr con la perspectiva a base de violencia poco animal, se convierte en un referente decente para pasar un rato sin querer pretender a mucho.
La humanidad vista como un movimiento que se desespera en sí mismo, y los animales miembros de ese desarrollo sostenible que tanto se predica y que aquí vuelve locos a una banda de lentos seres bajo la tutela de un aventajado extranjero.