Después de leer la crítica de Beiger y la de Keichi de esta película, se puede decir que ya ha nacido un nuevo mito en Precriticas llamado Olaf Ittenbach. Yo, seré sincero, aún no he tenido el disgusto de encontrarme con este buen señor (o buen alemán mejor dicho) en una sala de cine. Así que ya iba siendo hora, que si no quisiera ver cine de la peor calidad no asistiría a la semana de cine fantástico y de terror de San Sebastián, que es donde se proyecta. Y dudo que se pueda ver en otro lugar.
Dard Divorce. Hace ya tiempo que en cine y televisión se dieron cuenta de que el divorcio era algo a la orden del día en nuestra sociedad, con los problemas de custodia y demás, y básicamente, que muchos espectadores se encontraban en esta situación de manera directa o no. Así que dejó de ser algo de que hablar, como en Kramer contra Kramer, y pasó a ser un elemento de fondo que aparecía de forma supuestamente natural para ganarse un poco de identificación en el público. Por ejemplo, si es una película para críos, metemos de fondo que papá y mamá ya no se quieren. Si es una película de policías que no falte un comentario sobre mi exmujer que se lleva todo el dinero, etc.
Así que, exageradamente tarde, el tal Ittenbach decide que el gore también necesita de este recurso. Yo creo que no, pero bien, él es el experto. Así que esto servirá para darle un comienzo a una película cutre en todos los sentidos. Cerrará, en la semana de terror, “la noche más oscura”, después de otra película-barbarie, À l’intérieur. Un final a lo grande, que espero que sirva para jalear a todo el teatro principal, porque no sé muy bien para qué otra cosa puede servir.
Estimado lector, si no es en estas circunstancias tan especiales, ni se te ocurra acercarte a una sala (que no sé a cual puede ser) a ver esta película, ni alquilarla (si es que es posible) ni siquiera bajarla de Internet. Simplemente, ahórrate el disgusto.
¿He hablado de Kramer contra Kramer para hacer la precrítica de este despropósito? Que poder de trastorno tiene la semana de terror.