Para todos los amantes del cine casposo, la Troma es un referente indispensable. Solo una compañía tan divertida como la creada por Lloyd Kaufman y Michael Herz en 1974 ha sido capaz de crear producciones tan deliciosamente cutres y subversivas como Los sufistas nazis deben morir, Mutantes en la Universidad o las diferentes entregas de su serie predilecta, El vengador tóxico. De entre las más de 160 películas producidas por la Troma, se entresacan algunas de las escenas más gamberras, violentas y políticamente incorrectas de la historia del cine, aunque lo cierto es que tras todas ellas subyace cierto regusto nostálgico independiente. Lo que no se puede negar es que este tipo de cine tiene sus seguidores y es que, en un ambiente apropiado, la proyección de una película de la Troma se convierte en todo un espectáculo.
En esta ocasión, es el propio Kaufman quien se encarga de dirigir la nueva producción de su compañía. A pesar de que pueda ser considerado un autentico espécimen del terreno underground, este veterano personaje ha influenciado carreras tan destacadas como las de Quentin Tarantino, Takashi Miike o Alex de la Iglesia, amen de recibir numerosos elogios por parte de otros grandes hombres de la industria del cine. Como no podía ser de otro modo, el film bebe y parodia a partes iguales a grandes clásicos del terror. El mismo título nos deja bien claras las referencias a Poltergeist y La noche de los muertos vivientes. No faltarán los habituales cameos de personajes famosos y el insulto al estilo de vida americano, representado en esta ocasión por el restaurante de comida rápida.
No se ha escatimado en gastos a la hora de presentar en pantalla toda la parafernalia típica de estas producciones. Para dar una idea del tremendo cóctel que el director ha preparado, baste decir que a lo largo de la película harán acto de presencia un elenco de personajes a cada cual más extravagantes. El título de la película ya da una pista al respecto. Como es de esperar, la presencia de los actores es lo de menos. Resumiendo, humor irreverente pero no demasiado malintencionado, capaz de arrancarnos unas cuantas carcajadas. Poultrygeist: Night of the chiken dead será una locura capaz de hacer palidecer a los críticos más exigentes, pero que si se entiende en su contexto puede ser enormemente divertida.