Si este
despropósito puede funcionar, es jugando sus cartas de doble parodia. Por un
lado la parodia anunciada a los grandes éxitos del cine español, una parodia
necesaria, cercana y que puede dar tanto juego como las grandes
superproducciones americanas. Pero por otro lado, la parodia evidente a las
correspondientes películas americanas que se fabrican ya aplicando un molde. Si
la película funciona sólo en el primer sentido y termina siendo otra película
más de loquetoque movie, no pasará de la gracia de aplicarlo a nuestro país.
Debe
mostrar la suficiente distancia con sus parientes americanas, desde el respeto
a quien inventó la fórmula, pero con la ironía de una parodia a un producto
estancado. Esa especie de parodia desde dentro que es capaz de conseguir Ben
Stiller con Tropic Thunder. Se trata,
sin duda, de un terreno resbaladizo. Mucho me temo que en varias ocasiones caerá
en el chiste fácil y el humor de brocha gorda, que terminará convirtiéndose en
más de lo mismo, veremos hasta qué punto.
Hay varios puntos a favor. Para empezar, la participación de Joaquín Reyes y Carlos Areces, dos de los gamberros de Muchachada Nui, esto siempre es bienvenido. Por otro lado, la genial osadía de incluir en el reparto al mismísimo Leslie Nielsen, el mayor icono de este subgénero, y por último, su inteligente promoción, con algunos gags memorables, ya sólo para ser usados como teasers. Confío en que todo esto no se haya conseguido para terminar rodando otra estúpida comedia de parodias mecánicas.
Detrás de esta película hay un grupo de jóvenes cineastas que han hecho cosas curiosas pero que aún tienen mucho por demostrar. Al menos son carne fresca que puede afrontar esta idea con las ganas y la audacia necesarias. Tengo fe, pero tampoco demasiada. Lo que es seguro es que no me la perderé.