Tiene para mí dos grande “peros” impuestos esta película. El primero, que sea “El exorcista”. Y es que como ya dije en la precrítica, hoy en día da verdadera risa el asunto este de palabras malsonantes con voz demoníaca y una epidermis francamente mal cuidada. Y creo que esto lo han visto claro los guionistas, han sido muy conscientes de ello, pero tampoco pueden prescindir de ello, porque entonces ya no sería “El exorcista”. La solución por la que han optado es interesante. Dejar para el clímax todo esto, sin cargar demasiado las tintas y sin darle más minutos que los que necesita, y optar en el resto de la película por un argumento arqueológico-satánico mucho más gratificante. Creo que el asunto está bien salvado.
El segundo pero, desgraciadamente no es tan posible de salvar. La película, por lo que he visto, tiene un presupuesto irrisorio, al menos irrisorio para el tema que es, y en general para una película americana. Los efectos especiales... digamos que mejor cuando no hacen acto de presencia, al menos si es más allá de mover una cama. Muy pobre. Bueno, en realidad es fácil resumirlo en pocas palabras: para la escena de la plaza de San Pedro, en el Vaticano, ¡han utilizado un chroma con una foto del paisaje! Ni dinero para llevar allí al actor a hacer una simple escena de andar. De la batallita ni hablemos. Se nota que se han esforzado al máximo en la unidad de lugar y no despuntar demasiado para ahorrar. En usar la fotografía (terrorífica y espléndida como cabía esperar viendo al responsable) y la dirección en lugar de los efectos. Esto último me parece positivo, a veces está bien que las producciones no tengan dinero para malgastar y tengan que esmerarse en el apartado artístico-técnico. En general, creo que no han salvado este problema, porque simplemente la película necesitaba más dinero y punto. Queda el acto de fe, el pensar “veo que en esa batalla son cuatro pero no me importa”, que puede ser lícito o no. Quizá perdono todo esto por experiencias personales, pero eso es otra historia.
El caso es que creo que tiene mérito lo que han hecho. Creo que Renny Harlin se ha esmerado posiblemente más que ninguna otra vez y ha hecho un trabajo serio. Pienso que si los diálogos no son brillantes al menos son aceptables. Y en cuanto a la historia, la considero muy bien llevada, con el ritmo más adecuado. Un actor muy bien puesto. Fotografía espléndida. Un comienzo contundente (fx aparte), sobre lo que me hubiera gustado ver más, pero claro, recrear toda esa época y gentío se traduce en más dólares. Ojalá tío Dollar hubiera creído en el proyecto.
Aunque por su carencia económica y todo lo que ello conlleva que es mucho (no sólo lo que canta, sino lo que no ha podido estar), es como para darle sólo tres estrellas, me solidarizo con esta película primando más el valor de los trabajos artísticos y haciendo un pequeño acto de fe ante los efectos y demás, que es lo único que nos salvará del satánico tío Dollar, la fe en el trabajo más allá del dinero.
Además, ¡he pasado miedo! He dicho miedo, no tensión, eso vale mucho. 4.